No Turning Back...

The bullets are mine…
El por qué del título de este blog y de mi lazo muy particular con la banda sueca Grave tiene una anécdota. Después de un “Into the Grave”, uno de los álbumes debut más brutales de los que se haya sabido en 1991 y un “You´ll Never see” (1992), esperé hasta 1994 a escuchar algo nuevo de esta banda (el EP “And here I die” (1993) lo escuché tiempo después).

Era 18 de Diciembre de 1994, 8:00 am y nos bajábamos de un ADO estacionado en el Distrito Federa, David Fdz (ANTON), Octavio Hdz y su servilleta, el objetivo era el concierto de los alemanes MORGOTH en lo que muchos nombraron la nueva catedral del Metal en Naucalpan la célebre disco “Andy Bridges”. En la obligada visita a Buenavista adquirí el Cd de “Souless” y recuerdo haberlo puesto en la maleta como una joya, el día transcurrió y esa noche disfrutamos a un Morgoth increíblemente encabronado, con un local casi abarrotado de death metaleros y un sonido perfecto, una tocada que todavía se recuerda con buenos anécdotas de los que ahí estuvieron. De hecho gracias a que el David se encontró al hermano de Carlo (CHAS) pudimos pasar tras bambalinas y tener una plática un poco bizarra con los alemanes que no dejaban de fumar yerba 100% mexicana según sus propias palabras. Bueno, el día había terminado y esa misma noche tomamos el último autobús para las cálidas tierras de Tampico.

A las primeras horas del 19 de Diciembre y con casa sola me propuse escuchar a todo volumen el Souless de Grave, no solo fue una vuelta al disco, fueron yo creo que tres o cuatro, de hecho lo estaba escuchando cuando recibí la llamada de Memo Jasso para decirme que pasaban por mí, de ahí a la playa Joel, Memo y yo. En realidad ponerle cantidad a la cerveza no tiene sentido, simplemente no lo recuerdo (no sé si ellos lo recuerden, señores???) pero fue un medio día que se convirtió en tarde y una tarde que se convirtió en noche, al calor de las coronas y con una muy buena charla de mujeres y metal, empezó el fastidioso de pepe, - vamos por el disco de Grave, 15 minutos después… - Vamos por el disco de Grave. Y así durante un muy buen rato, hasta que quedaron completamente contagiados de esa necesidad de escuchar ese pinche disco con el que tanto jodía pepe. Nos subimos a la camioneta de Joel y, con una lluvia de esas “chingaquedito” terminamos estampados contra un árbol (con todo y barda), una camioneta completamente destrozada, Memo y Joel golpeados y un Pepe con la cara estampada en al parabrisas. La verdad y con mucha confianza…. Que PUTAZO me metí, sangre por todos lados, pérdida de conocimiento, y mis amigos llevándome al hospital en un carro del papá de Memo. Todos son recuerdos un poco borrosos, lo que si no olvido es que al otro día, al despertar después de un par de micro cirugías en la cara y con medio rostro con gasas y vendas, la primera silueta que vi (con el único ojo posible) fue a mi madre, que me veía con cierta preocupación, tardé unos segundos en incorporarme y pregunté con alevosía y cierta ingenuidad -Oye Ma, y mi disco de GRAVE?

Con profundo aprecio a Memo y Joel he recordado esta historia. Que buenos cotorreos hemos pasado y aún somos carne de cañón.