domingo, 5 de abril de 2009

Highway to Hell... Wacken 2008

Wacken, un pequeño pueblo al norte de Alemania con una población principalmente adulta y como principal actividad la ganadería. Este pueblo una vez al año se convierte en la cúspide de conciertos a nivel mundial, se convierte en la sede del más grande de todos los festivales de Heavy Metal y sin duda el pueblo NO queda chico. Una vez al año cada uno de los habitantes de Wacken sacan sus mejores “galas”, y se preparan para recibir a miles de metalheads y tratarlos como se merecen. Wacken Open Air Fest cumple este 2009 veinte años, dos décadas de llevar a ese remoto pueblo lo más selecto, lo más pesado, lo más ruidoso, lo más esperado del Heavy Metal, en todas sus variantes, subgéneros, modalidades, especies, aquí no importa, porque más que todo eso, Wacken es una fiesta, una gran fiesta metalera.
Formas de cómo llegar hay varias, lo primero que tienes que tener (incluso antes que el pasaporte o boleto) son las ganas inamovibles de estar ahí, después de eso lo demás es lo de menos. Creo que de México la ruta más corta es viajar a Frankfurt, de ahí a Hamburgo y de ahí mismo salen buses directitos al Metal-Town. En una reseña leí acerca de buenos bares en Hamburgo en donde se hacen reuniones previas antes del banderazo de Wacken, yo no tuve la oportunidad de estar ahí, pero cómo me quede con las ganas. Aquí les narro en síntesis mi Wacken 2008, la forma en cómo llegue (o llegamos mejor dicho) a la Tierra Sagrada de Wacken y lo que ahí sucedió.
Mi viaje, después de algunos contratiempos, empezó en la Cd. De México con destino a Londres. Creo que llegué el 26 de Julio a Londres a eso de las 11 am y después de casi 30 min en una acalorada entrevista con el imbécil de migración que dejó pasar a todos menos a mi claro, me encontré con mi hermana y mi cuñado, los cuales me dieron un intenso Tour de casi 2 días por lo más representativo de la ciudad, en donde cosa curiosa, en todos esos lugares representativos vendían cerveza. De ahí nos movimos en tren (donde también vendían cerveza) hacia Rugby, lugar donde radica la pintoresca pareja, dormir 2 horas y lanzarme en taxi a Birmingham que está aprox a 40 min. De ahí salía mi avión rumbo a Dusseldorf con escala en Frankfurt, llegando a las oficinas de Luftansa para validar mi boleto me informan de que están en huelga, así que solo me darán el boleto para Frankfurt pero no habrá vuelo a Dusseldorf, y me darán un boleto para que viaje en tren. Y así fue, solo que ya no llegué a Dusseldorf, sino a Sigbur, en donde me quedé de ver con el Dr. Rafael Mercado (un carnalote metalmaniaco mexicano que vivía en ese momento en Bonn), no tardé mucho, el pinche tren iba solo a 303 km/hra. Chequen...

De inicio fue algo de hueva y un par de cervezas a orillas del río Rhine, ya en la tarde salimos a comprar víveres y todo lo necesario, como algunos discos que se me atravesaron en el camino, para el viaje. Al día siguiente viajamos de Bonn a Wacken, directo, pasamos por Hamburgo pero no hubo paradas, la desesperación por llegar era mayor a cualquier otro deseo turístico. “WELCOME METALHEADS” es lo primero que lees en una manta que va de extremo a extremo de la carretera, sientes como se te encuera el chino, y sabes que has llegado, pasas o mejor dicho atraviesas el pueblo en donde ves un sinfín de negocios (principalmente comida y bebida) en cualquier cochera y un par de kilómetros adelante entras a los terrenos sagrados, todo está perfectamente señalado y asistido por cientos de gente de STAFF, no hay forma de que te pierdas, nos dirigieron al área “Q” en donde estacionamos el carro y pasó un cabrón a validar los boletos, hicimos la carpa (2 veces, par de puñetas jajaja. ), comimos algo y empezamos la labor con las 48 cervezas de 0.5 lts que llevábamos. Un buen disquito, unas chelitas, reconocimiento de la zona y ahora sí, a caminar, caminar y caminar un par de kilómetros o poco más, para vivir uno de los momentos más grandes de mi vida (y sinceramente creo que para cualquier metalhead) cruzar la entrada principal del fest, como diría Diamond Head “It´s Electric”, vas entrando y descubres el lugar perfecto, ves a lo lejos los dos escenarios principales, el pasto, el escenario secundario más al fondo, carpas por todos lados, “Beck´s” y “Redbull” por doquier, y la gente, diablos, es lo mejor, la gente, cada uno con su personalidad, con su nacionalidad, con su vibra, todos ahí reunidos por el mismo propósito que tu…el HEAVY METAL. La foto mental de esa primera entrada es única y eterna en mi mente. Y quien vaya a ir por primera vez en un futuro, descubrirán que mis palabras simplemente son nada comparado con estar ahí. Como dice en una reseña que leí de Wacken, no importa si vas solo uno vez o vas cada año, no importa, el sentimiento es el mismo. Es un lugar donde debes estar.


A partir de ese momento todo es como sacado de una película surrealista, conoces y platicas con tanta, pero tanta gente, tomas cerveza con gente de todo el mundo, unas las pagas tu otras ni sabes quién putas. Para ser claros no recuerdo bien como regresamos a la casa, recuerdo que caminábamos 10 pasos y nos quedábamos platicando con algunos cabrones, y luego con otros y así hasta que yo creo nos topamos con nuestra propia casa, según raff con cada cabrón que me topaba me presentaba y terminábamos brindando y cantando, taba cagado de la risa, quien me conoce sabe bien que yo no soy así, puros falsos del buen raff. Al día siguiente una de las mañanas más violentas que yo recuerde, pinches ganas de vomitar, dolor de cabeza de la vil chingada, pinche cerveza gacha jajaja, así que nos chingamos una coca-cola de litro y medio y nos fuimos a cotorrear al pueblo. Todo el día zombies esperando solo una cosa, un evento enorme… Iron Maiden, sublime e impactante. Y así empezó la serie de latigazos de conciertos, bandas, cotos… que es muy largo detallar. Así pasan los 3 días del fest, entre cervezas, largas caminatas, filas para el baño, redbulls, grandes bandas (solo por mencionar a Cynic, Grave, Massacre, Opeth, Gorgoroth, Children of Bodom, Mortal Sin, Exodus, Obituary, Watain, At the Gates, Kreator, y uno de los momentos más emotivos con Carcass, entre muchas otras) empujones, moshpit, dolores de cuello, desveladas, amanecidas, todo, todo bajo un soundtrack de pure fuckin´METAL!

Así termina, un día después de ver a Kreator devastar Wacken con su música pero también con el potente “speech” de Mille sobre racismo y metal, nos levantamos solo para darnos cuenta de la terrible realidad, se acabó, ya desde temprano se veían largas filas de autos esperando su turno para salir, toda la gente levantando sus carpas, mucha gente caminando con mochila en espalda, toda una imagen perfecta del éxodo.
Y así, te esperas todo un año, o probablemente más pero la sensación de querer estar nuevamente ahí la tendrás el resto de tus días. Y termino nuevamente citando aquella reseña que me mandó el buen Evil Bet… ”Si es solo una vez o si tienes la oportunidad de ir cada año es igual de valioso, es el sueño de muchos metaleros, es la cima de una montaña de conciertos, es la oportunidad de ver reunidas a bandas con años de no hacer nada, es un clásico en la historia del metal.”
Keep Rotting !!!

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